Nacido en Santiago en 1955 , se inició como fotógrafo a los 20 años en forma autodidacta. Uniendo la perseverancia con la atenta observación de los grandes maestros, muy pronto pasó a ser asistente de Roberto Edwards  en revista Paula, antes de emigrar a Nueva York en 1979.

Durante los 14 años que vivió y trabajó en esa ciudad . Eguiguren estableció sólidos lazos profesionales con el mundo publicitario y editorial local, junto con vincularse al ambiente artístico y cultural que converge en Manhatan. Buena parte de estas relaciones figuran en los retratos que realiza a lo largo de su estadía, incluyendo al cellista Janos Starker , al fotógrafo Alfred Eisenstaedt o al pintor Paul Jenkins.

 

Siempre experimentando, Eguiguren cruza con soltura los umbrales entre la fotografía de moda, la publicidad, y la creación personal. Desarrolla una enigmática serie de flores recortadas sobre  luz blanca, y una colección de desnudos tomados con una cámara Polaroid de gran formato, en los que la luz es llevada a un extremo enceguecedor. Esta última serie se expone en Santiago en 1990 en la galeria Praxis, entonces dirigida por Tomas Andreu.

 

En 1984 Eguiguren había sido invitado a exponer en el Centro Internacional de Arte Contemporáneo de París , y en 1989 la prestigiosa revista Communication Arts entrega un premio de excelencia a una publicación protagonizada por sus retratos.

 

En 1993 Eguiguren regresa a un Santiago renovado y pronto se integra a la fotografía publicitaria local, logrando el premio a mejor  fotografía con Toyota, premio a mejor aviso publicitario con Aiwa y segundo premio con Chilena Consolidada, además se dedica a las memorias corporativas.

 

Tambien realiza colaboraciones para revistas internacionales, como sus recientes reportajes fotográficos sobre Arquitectura contemporánea chilena para Arquitectural Digest . Como le es habitual, trabaja en forma paralela la fotografía artística, experimentando en los últimos años un conjunto de escenarios inverosímiles con caracoles de tierra. Posteriormente, Carlos Eguiguren se abocaba a Transluces, una alucinante serie de imágenes de moluscos y caracoles marinos solarizados digitalmente.

 

En 2003 participa en el concurso por invitación Literarte, organizado por la galeria Artespacio y Chiletabacos, obteniendo el tercer lugar.

 

Hoy en dia se dedica a la edición de libros y   venta de fotografias  a decoradores y particulares.